Nuestra Gente Hermosa
Curaçao es un verdadero paraíso en el que se mezclan más de cincuenta nacionalidades y 142,000 personas en una isla con una superficie total de 171.4 millas cuadradas (444 km2). Cada una de ellas contribuye ampliamente a nuestro patrimonio, a nuestra extraordinaria diversidad y a nuestra cultura floreciente.
Ancestro Afrocaribeño
Los descendientes afrocaribeños de Curaçao constituyen la mayoría de la población de la isla, con una cultura que late como un corazón orgulloso y alegre.
Levantándose a través de la historia del trato de los esclavos, los curazoleños han establecido tradiciones culturales que han sido adoptadas tanto por nativos como por visitantes. Esta influencia puede verse en nuestro idioma colorido, el papiamento, la piedra angular de la comunicación de Curaçao. También tenemos el Tambú o “Blues de Curaçao”, usado por los descendientes africanos para expresar su indignación y pena por la esclavitud por medio de canciones, música y danza.
Existen otras influencias culturales como la cocina, la religión, y la espiritualidad. En la actualidad, estas tradiciones afrocaribeñas, introducidas al final del siglo XVII, continúan influenciando a Curaçao.
Influencia holandesaLa influencia holandesa en Curaçao es tan omnipresente como los edificios coloniales de siglos de antigüedad. Desde que los holandeses se establecieron por primera vez como la clase dirigente, han tenido un impacto tremendo en la razón por la que la isla es tan interesante para el resto del mundo. De hecho, varios miles de holandeses viven permanentemente en la isla.
Los sistemas legales, educativos y políticos se basan en el sistema holandés, y el holandés es el idioma de enseñanza en las escuelas, también ampliamente hablado en las oficinas gubernamentales y las empresas. Cientos de estudiantes curazoleños van a estudiar a Holanda cada año y vuelven a la isla con un título profesional necesario para hacer que nuestra nación avance.
El holandés también impacta el turismo enormemente. El 40% del tráfico turístico de Curaçao está constituido por visitantes europeos, siendo la isla un lugar especialmente preferido por los visitantes holandeses.
Legado Judío
Desde que la comunidad judía llegó a la isla por primera vez buscando protección contra la persecución, ha impactado grandemente la economía, la política, y la cultura de la isla. La congregación judía es la más antigua del hemisferio occidental.
Los primeros colonos judíos permanentes, 70 sefarditas descendientes de portugueses llegaron en 1659. Las relaciones entre ellos y la élite protestante holandesa fueron buenas, y no existían leyes que limitaran a los judíos en sus trabajos o en sus viviendas, lo cual abrió el camino para que la comunidad tuviera muchísimo éxito en el comercio y la navegación. En el siglo XX, otros judíos inmigrantes trabajaron duro para ascender en la escala socioeconómica después de haber comenzado como traficantes y pequeños comerciantes.
Este legado se celebra en la Sinagoga Mikvé Israel-Emanuel (Snoa), la sinagoga más antigua de uso continuo de todas las Américas.